
Cuando Anne descubre que su pareja le es infiel, huye con su hijo al campo y se ofrece a supervisar las reformas en la vieja casa de su tía Vera a cambio de techo y comida. Vera había llegado a esta misma casa en 1945, entonces una niña refugiada de tan solo cinco años procedente de Prusia Oriental. La dueña de la casa, Ida Eckhoff, las acogió a ella y a su madre, pero las dos mujeres chocaron de inmediato. La novela relata, en episodios alternos, la vida de estas dos mujeres, Vera y Anne, mostrando que cada una es una refugiada a su manera y tiene que afrontar sus propios retos. Vera tiene que enfrentarse a sus recuerdos, y Anne aprender a confiar de nuevo.